MONOGRAFÍA REPRESENTATIVA SOBRE LOS CROATAS EN URUGUAY

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La dedicatoria personal del autor a sus abuelos, Maks y Marija Antonić, junto a los que aprendió a amar a su patria, Croacia, da un valor especial a este libro, co editado por AGM y la Fundación para la Emigración Croata.

 

La monografía „Croacia y los croatas en Uruguay“, del autor Eduardo R. Antonich, fue publicada recientemente en Zagreb, editada por AGM y la Fundación para la Emigración Croata, cuyos directores, Stjepan Bekavac y Mijo Marić, han firmado el prefacio. La obra historiográfica original de Antonich, „Croacia y los croatas en Uruguay“, impresa hace quince años, ahora cuenta con su versión en croata, ricamente ilustrada con fotografías inéditas de autoría de Srećko Dumić, uno de los pioneros de la fotografía de la emigración. La monografía, parte de la prestigiosa colección de la biblioteca Res Gestae, de AGM, fue traducida del español por Željka Lovrenčić. El material, dividido en diecisiete capítulos, hace un aporte significativo a la comprensión de varias décadas de vida y creación de generaciones de inmigrantes croatas en la República Oriental del Uruguay, y quita el estigma ideológico de aquella emigración croata del revuelto siglo XX. En la actualidad, en Uruguay viven cerca de cinco mil personas de raíces croatas. El escritor y abogado Antonich describe con prudencia la historia croata del nuevo siglo en su contexto mundial, y especialmente la historia de la emigración en la lucha por la así llamada cuestión croata con sus ecos en las comunidades croatas de los países de Sudamérica, desde 1918 hasta 1991. El autor desubre la problemática de la herencia cultural de los pioneros de la inmigración croata en el Uruguay, especialmente sus periódicos y material de archivo de las organizaciones uruguayas de inmigración, mientras que en los procesos históricos globales clave se concentra en la historia política croata del siglo XX, y en los desafíos de nuestra nación contemporánea después de la caída del comunismo en Europa (1989).

En ese sentido, Antonich titula significativamente determinados capítulos de su libro: 1. Tras las huellas de los pioneros; 2. Emigración y Uruguay como meta; 3. Desde la creación del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos hata el atentado en la Asamblea; 4. Muerte de Stjepan Radić y la fundación del Hogar Croata en Montevideo; 5. Los defensores de los hogares croatas y la presencia ustasa en Uruguay; 6. Los croatas en la línea sudeslavista: Sociedad cultural „Bratstvo“ de inmigrante de Yugoeslavia; 7. Institucionalización de la actividad religiosa: la creación de la Unión Católica Croata; 8. La dictadura serbia de Alejandro de Yugoeslavia y el padecimiento del pueblo croata; 9. El Estado Independiente de Croacia visto desde el Uruguay; 10. La inmigración croata y su „stari kraj“; 11. La ayuda mutua y contribución a la patria; 12. Actividades sociales, culturales y deportivas de la colonia croata; 13. La crisis del Cominform: repercusiones de la ruptura entre Tito y Stalin; 14. La prensa escrita y radial; 15.La diplomacia al acecho; 16. Relaciones entre las instituciones croatas del Uruguay: un largo y duro camino hacia el entendimiento; 17. De „bratstvo y jedinstvo“ a la independencia de Croacia.

A través del estudio de las fuentes disponibles sobre la inmigración, a partir del primer croata uruguayo, Šimun Matulić, de Brač, hasta la actualidad, tanto en archivos nacionales como extranjeros, el autor Antonich hace una lectura historiográfica imparcial cuyo rasgo estilístico se manifiesta en la feliz combinación entre la meticulosidad científica y el discurso periodístico, intentando encontrar motivos para sus conclusiones en los testimonios de los inmigrantes y, en base a la documentación, hablar de los tiempos de la emigración masiva desde el continente europeo hacia el Uruguay (comenzando desde los ochenta del siglo XIX), durante la industrialización temprana hasta los comienzos de la globalización. De esa manera, el autor creó en el libro una metodología equilibrada, que observa con igual curiosidad las características de las grandes épocas históricas de la humanidad y el papel de la época en los mercados sudamericanos en el mercado laboral de los agricultores, trabajadores y marineros croatas pobres que partieron desde las tierras históricas croatas (principalmente desde la costa dálmata) hacia América, frecuentemente con la idea de que un día volverían siendo dueños de una gran riqueza a su tierra natal. El autor concluye que la mayor cantidad de croatas llegó a Uruguay después de la Primera Guerra Mundial, más exactamente entre 1924 y 1936.

Antonich hace un seguimiento meticuloso del trabajador migrante croata en un lapso de poco menos de cien años, explicando las etapas de la solución de la cuestión croata a fines del segundo milenio, mientras Croacia fue parte de la Monarquía Austro-Húngara, y durante la primera y segunda Yugoeslavia, los motivos del yugoeslavismo croata (Supilo, Trumbić…), el apoyo de la emigración a la progresiva integración nacional croata, así como el proceso de recroatización de los años 90 de nuestras comunidades inmigrantes que habían partido de la patria cuando Croacia no era un Estado soberano ni un sujeto de derecho internacional. Los capítulos son acompañados de notas exhaustivas, ilustradas con copias de documentos originales (el autor investigó casi cinco mil documentos) que evocan la diáspora croata sudamericana, cuya tercera y cuarta generación asciende rápidamente con diligencia y educación universitaria en la escala social del Uruguay. Entre las principales figuras de la vida política y cultural de la inmigración croata, el autor destaca a los presidentes de las asociaciones croatas de Montevideo, entre los que se encuentran los líderes del Hogar Croata, de la Guardia Nacional Croata „Bratstvo“, de la Comunidad Católica Croata, Nuestras tamburitzas, el programa de radio, y las clases de idioma croata…

La cronología de esta comunidad de inmigrantes croatas de Sudamérica, que hasta ahora no había sido analizada, se cierra con una historia sobre los croatas uruguayos que hicieron un aporte al reconocimiento de la República de Croacia por parte del Uruguay, el 16 de enero de 1992, mientras se abre con historias de la aventura del primer croata llegado al Uruguay desde Postira, isla de Brač, inscripto en los archivos uruguayos como Simón Matulich, a comienzos del siglo XIX. Su línea familiar tuvo entre sus nietos a uno de los médicos uruguayos más prestigiosos, el dr. Teodoro Vilardebó, hijo de la hija única de Matulić, Martina, y de Miguel Antonio Vilardebó. Tras estudiar en Barcelona y París (1847), el nieto de Simón regresó de Europa a Uruguay y se dedicó a curar la fiebre amarilla, enfermedad de la que muere él mismo diez años después (1857). El libro se ha publicado con motivo del 70° aniversario de la cooperación entre los croatas de Uruguay y la Fundación para la Emigración Croata.

Cabe mencionar que en el período entre 1924 y 1936, los colonos croatas más antiguos habitaban el interior del Uruguay y se dedicaban a la agricultura, mientras que los nuevos inmigrantes se instalaban en la capital, Montevideo, o en sus alrededores, y trabajaban en la industria, el comercio o en los servicios públicos. También habitaron las localidades de Cochillas (trabajadores de canteras), y en las localidades de Colonia y Carmelo, donde se dedicaban a la navegación y eran propietarios de veleros, bares y restaurantes. Los inmigrantes provenían en general de zonas rurales. Parte de ellos se dedicaba a la agricultura, otros a la navegación, y la mayoría se empleaba en la construcción, y finalmente a trabajos relacionados con el comercio. La idea nacional croata de los hermanos Radić, que llegó a todos los estratos de la población de la primera mitad del siglo XX, logro arraigar algo que podría llamarse una identidad croata moderna en todos los segmentos de la sociedad croata, incluida nuestra comunidad en Uruguay, que funda el Hogar Croata de Montevideo el 28.4.1928, transformándose en la sociedad croata de la emigración más numerosa y más influyente. En el libro, el autor publica hechos inéditos sobre la fundación de esta importante asociación de inmigrantes, usando fuentes originales (registros de la asociación y documentos del Ministerio de Educación y Cultura). El atentado al liderazgo del Partido Campesino Croata y la muerte de Stjepan Radić se transformó en el punto de resistencia de su unión, su pertenencia y el sentido de su existencia. Stjepan Radić era su ejemplo de moralidad. Una nueva esperanza nace en 1989, cuando Franjo Tuđman funda en la patria la Unión Democrática Croata (HDZ), que se amplió como movimiento nacional para la independencia del estado croata, tanto en la patria como en la emigración. La Unión Democrática Croata funda sus filiales en todo el mundo, incluyendo la filial de Montevideo, fundada en 1990 y que, junto con las demás asociaciones croatas de la capital uruguaya, comienza el proceso de reconocimiento de la independencia de Croacia ante el ministro de Relaciones Exteriores, el dr. Héctor Gros Espiell. En 1991, el Hogar Croata se retira de la Comisión coordinadora de instituciones yugoeslavas y se une nuevamente a la Comunidad Católica Croata. Durante la Guerra por la Independencia, ambas asociaciones organizan eventos religiosos, culturales y humanitarios para ayudar a las familias de los caídos por la patria.

La diáspora croata en el Uruguay ha jugado un rol importante, tanto en la ayuda material como en la moral hacia la patria de sus antepasados, y determinados inmigrantes o sus descendientes se incluyeron como voluntarios de la Guerra por la Indepenencia. „En este libro, en el ejemplo de la comunidad inmigrante croata de Uruguay, puede verse la naturaleza dinámica de la identidad étnica tendiente a una constante redefinición“, considera la dra. Marina Perić Kaselj, crítica. „A través de la presentación histórica de la comunidad emigrante, el autor problematiza diferentes formas de identificación colectiva de los emigrantes: eslavo/croata, yugoeslavo, donde a menudo había complementariedad entre ellos. Ser yugoeslavo, croata, son opciones que elegía el emigrante de origen croata, según el momento coyuntural. La identificación étnica de lo inmigrantes estuvo directamente influenciada por la situación sociopolítica del país de origen y la forma en que fue presentada y comprendida por los líderes de la comunidad de inmigrantes croatas. Desde la fundación del Hogar Croata, la concepción política de Stjepan Radić contaba con una posición dominante en la comunidad de inmigrantes. A pesar de aceptar la opción yugoeslava y con la legitimización del estado yugoeslavo por parte de los inmigrantes, especialmente por los miembros del Hogar Croata, después de la Segunda Guerra Mundial tanto el ser croata como yugoeslavo no eran categorías excluyentes sino acumulativas. Según se sabe del libro, durante la Guerra por la Independencia y después de la declaración de la independencia y la creación de la República de Croacia, comenzó el proceso de croatización y, hoy en día, la comunidad de imigrantes en Uruguay está croatizada. Este libro nos ofrece nuevos conocimientos y horizontes y presenta un gran aporte para continuar con la investigación de la historia de la comunidad de inmigrantes croatas en Uruguay“. La crítica Perić Kaselj recomienda el libro tanto a especialistas como al público en general.

Eduardo R. Antonich nació en Montevideo en 1963. En 1990, se graduó en Ciencias Jurídicas y sociales por la Universidad de la República, en su ciudad natal, y a partir de entonces desarrolla su carrera de abogado. Desde 2003 es cónsul honorario de la República de Croacia ante Uruguay.

Por parte de padre es nieto de inmigrantes croatas oriundos de Bribir (Litoral croata), llegados a Uruguay en 1925. Desde su infancia está ligado a la comunidad croata en dicho país, donde participa activamente de actividades culturales en las asociaciones „Bratstvo“, „Naša domovina“ y „Hogar Croata“, en Montevideo. Además, participa del programa croata de la radio, así como de las demás actividades de la comunidad. En 1987 obtuvo una beca de la Fundación para la Emigración Croata en Zagreb para el aprendizaje del idioma y el folklore croata. Está casado con Milka Kršul Musa, nieta de inmigrantes de raíces croatas. Ambos transmitieron el amor hacia Croacia a su hijo, Ivo, quien también cursó la Escuela universitaria de idioma y cultura croata (2019) organizada por la Fundación para la Emigración Croata. Da clases y conferencias sobre temas de historia y cultura de las migraciones europeas con especial enfoque hacia los desafíos de la inmigración croata, tanto en el país como en el extranjero.

Entre los numerosos hechos mencionados en el libro, se encuentran anécdotas impactantes pero motivadoras de nuetra gente sencilla, del inmigrante pobre, que valientemente partió al mundo. Una de ellas, descripta en la página 68, se relaciona con la tapa del libro. Se trata del naufragio del „Princippessa Mafalda“, al que sobrevivieron once croatas de Vela Luka, que luego se instalaron en Montevideo. Ese hecho – el viaje en barco desde Europa hacia un mundo desconocido en el continente sudamericano, que para nuestra gente pobre en aquellas épocas significaba mucho – así como el sol ardiente, es símbolo del crecimiento de la nación uruguaya. Este simbolismo optimista del sol, en el océano azul por el que navega el barco desde Europa a América con la histórica bandera croata en la popa, es una imagen de tapa para el recuerdo. La misma fue creada por los diseñadores de la editorial AGM.

 

Texto: Vesna Kukavica

 

Foto: Archivo del Hogar Croata, Montevideo

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