Estimados emigrantes, miembros de las minorías croatas, croatas en Bosnia y Herzegovina:
Las fiestas de Navidad son días de promesa, pero no de cualquier tipo. Se trata de la promesa de un refugio seguro y cálido en circunstancias difíciles, como el que buscó la Sagrada Familia en la noche de Navidad. Durante el año, solemos sentirnos solos, expuestos a los problemas de la vida, sin la protección y la seguridad que desearíamos tener. Y ese sentimiento se acentúa especialmente cuando estamos lejos de casa, lejos de nuestro hogar.
La Patria y nuestro lugar natal nos parecen un refugio cálido y cómodo frente a las dificultades de la vida. En estos días, intentamos revivir esa experiencia de hogar como refugio. Algunos deciden emprender largos viajes, otros buscan ese refugio familiar en su mente.
Al final de este año y al comienzo de la época festiva, les deseo, en nombre de todos los que trabajan en la Fundación de la Emigración Croata, y en el mío propio, una cálida sensación de seguridad como la que solo un hogar puede ofrecer. Les deseo a todos que ese sentimiento dure el mayor tiempo posible.
Junto con este sentimiento, les deseo una muy Feliz Navidad y un Feliz Año Nuevo,
Mijo Marić, director de la Fundación para la Emigración Croata