„Sin visionarios, no podemos avanzar. Es necesario contar con visionarios que, en su genio, tengan ideas de cómo cambiar la situación, cómo hacer un giro radical. Los visionarios saben guiar, mostrar el camino y deben estar convencidos de tener éxito“.
El Dr. Fraile Častimir Majić nació el 9 de enero de 1914 en Vitina, Herzegovina, donde terminó sus estudios primarios, y los secundarios en Široki Brijeg. Tomó sus votos como franciscano en el convento de la orden en Humac el 2 de julio de 1933. Cursó sus estudios de Filosofía y Teología en Mostar y Roma. Se ordenó sacerdote el 4 de junio de 1939 en Mostar. En noviembre de 1941 partió a Freiburg con el fin de estudiar Germanística y desempeñarse como guía pastoral de los emigrantes eslovenos y croatas en varias ciudades alemanas. Allí se doctoró en Filosofía y Teología. Fue alumno de Martin Heidegger y Urs von Balthasar. Llegó a los Estados Unidos el 22 de marzo de 1951, en el navío de guerra „Bretchford“, en el que viajaban 1305 pasajeros. Todos ellos tenían designado un número en lugar de utilizar su propio nombre. Había 78 serbios, 305 judíos, y 3 croatas: Naglić, Maras y el fraile Čatimir. Viajaron desde Brehemerhaven hacia Nueva York durante doce días, y luego el fraile Čatimir viajó hacia Chicago, llegando el día de Pascua, un 25 de abril de 1951. Allí cumplió con muchas responsabilidades, desde ser editor del periódico „Danica“, ser asistente de la pastoral en las parroquias croatas, luego párroco, custodio, guardián, editor del „Hrvatski katolički glasnik“ y del „Hrvatski kalendar“. Fue concejal de la custodia, fue presidente de la Unión de sacerdotes croatas de EE.UU. y Canadá, y secretario de la Unión, y editor de su periódico „Viniculum caritatis“. Fue miembro extraordinario de la Conferencia católilca para los problemas étnicos de los EE.UU., quedando registrado como tal en el libro „Líderes sociales y personajes de los EE.UU.“ Junto con el fraile Lawrence Frankovich, editó el libro „El 50° aniversario de la Custodia franciscana croata de la Sagrada Familia“ (Chicago, 1976). Publicó el libro „Životne uspomene prošlosti“, 1999 („Recuerdos de vida del pasado“, 1999), en el que recuerda sus años como inmigrante, y „U nebo zagledani“, 2011 („Reflejados en el cielo“, 2011), en recuerdo a los franciscanos asesinados. Con este último libro, el fraile Častimir se convirtió en el autor de más edad en escribir un libro en las comunidades croatas. Tenía entonces 98 años. La obra fue escrita en base a sus propios recuerdos, y por la misma recibió felicitaciones del Papa Francisco, del ministro general de los franciscanos Michael Pery, del cardenal croata Josip Bozanić, del cardenal Francis George, de Chicago, del Padre Provincial Šteko, y de otros. EL intendente de Chicago, Rahm Emanuel, le envió al autor una proclamación especial y una felicitación. Según el informe del ministro general, se trata de uno de los quince franciscanos que ha cumplido cien años en todo el mundo.
– ¿Cómo llegó a Chicago? ¿Ha sido por propia voluntad o como franciscano debió escapar de la persecución comunista? ¿Cómo parecía la situación en aquel entonces?
PADRE MAJIĆ: Escapé de la masacre comunista gracias a que me enviaron a estudiar a Alemania. Gracias al Dr. Fraile Dominik Mandić, que se encontraba en Roma, en 1946 me enteré del asesinato de mis 66 franciscanos y demás víctimas del comunismo. Ellos habían sido mis colegas y mis profesores. Escribí mis recuerdos acerca de ellos en el libro „U Nebo zagledani“, 2011. En la emigración muchos fueron víctimas del comunismo. Más de setenta personas fueron asesinadas por los servicios secretos yugoeslavos. Entre ellos se encontraba Križan Brkić, de Los Ángeles, presidente de la Asociación croata de dicha ciudad. Yo mismo recibí una bomba en un paquete. El comunismo me acompañó durante toda mi vida. Como dedicaba mi tiempo a trabajar por la libertad de Croacia, la amenaza era constante, y mis amigos y colaboradores eran asesinados. Mi generación lo ha vivido durante toda la vida. Espero y pido a Dios que esos tiempos hayan quedado atrás. Que no vuelvan nunca más.
– ¿De qué manera y a través de qué proyectos logró promover la protección de la identidad croata y católica?
PADRE MAJIĆ: En los Estados Unidos teníamos una unión de sacerdotes, de la cual fui presidente. Contábamos también con una publicación: el „Vinculum caritatis“. Dicha unión ayudó de muchas formas a las instituciones, los eventos y los programas croatas. Publicamos libros litúrgicos, y organizamos ayuda para los croatas que la necesitaban, y ayudamos especialmente al Cardenal Stepinac. A través de determinados canales, logramos llegar a él. En los EE.UU. hablamos mucho sobre él, lo nombrábamos con orgullo. Recuerdo cuando en Chicago organizamos, junto con el escultor Ivan Meštrović, el 60° aniversario de su vida, en el año 1958. Hubo más de dos mil personas en esa reunión, en el hotel „Morisson“. También estuvo presente el Arzobispo de Chicago, el Cardenal Meier. Cada año, el día 10 de febrero, celebrábamos el „Día del recuerdo al Cardenal Stepinac“. A través de la „Danica“ informábamos a nuestra nación sobre la necesidad de cooperación por parte de la emigración y la fidelidad hacia la idea croata, con el objetivo de liberar a Croacia del comunismo y las influencias extranjeras (especialmente las de Belgrado y Pest). Se trataba de una publicación semanal que se enviaba todo el mundo, a todos los continentes. Nuestra imprenta franciscana en Chicago, fundada el 19 de diciembre de 1946, dirigida primero por el fraile Anzelmo Slišković, era un engranaje importante en el proceso de trabajo por Croacia. En ella se publicaron obras de las mejores plumas croatas en la emigración, incluidas las obras del Dr. Mandić. La imprenta trabajaba las veinticuatro horas del día. Se publicaban libros, diarios, revistas, folletos. La imprenta hizo un gran aporte al trabajo por la libertad de Croacia, su identidad y el espíritu católico. Sin ella, muchos proyectos habrían quedado truncados. Las declaraciones, que frecuentemente eran publicadas, se imprimían justamente aquí. La imprenta estaba en la meta de los servicios secretos yugoeslavos, por lo que debíamos tener la protección de la policía americana.
– Usted ha mencionado al Cardenal Stepinac. ¿Es usted una de las pocas personas con vida que se ha reunido con el Cardenal?
PADRE MAJIĆ: Lo conocí en 1938. Me acuerdo como si fuera ayer cuando nuestro guía, el Prof. fraile Jerko Mihaljević, nos dijo a nosotros, los estudiantes, que nos visitaría el Arzobispo Stepinac. Estuvo con nosotros en Mostar. Nos dio clases y fuimos junto con él a Široki Brijeg. Había muchísima gente. Dio misa para todos y se quedó durante dos días. Lo recuerdo como un hombre letrado, humilde, entregado a la Iglesia. Era digno de su clase, como sacerdote y obispo. Su figura era como la de un caballero. Era muy agradable durante las conversaciones. Era bueno hacia todos. Tranquilo. Un hombre moderado, entregado, convincente en sus creencias. Fue un gran honor para mí poder estar cerca de él. Mis posteriores intercesiones por él fueron para mí una gran alegría.
– Usted ha trabajado en el ámbito cultural, especialmente en la protección del idioma croata. ¿Cómo era su organización?
PADRE MAJIĆ: Como custodio de la comunidad, en 1975, en nuestra comunidad franciscana, para mantener mejor nuestra cultura, idioma e identidad, inicié y más tarde fundamos el Instituto étnico croata en Chicago. La custodia organizó un espacio con dicho fin, y desde entonces se cuidó la producción de nuestras parroquias, asociaciones, clubes, etc. en nuestro instituto. En él se cuidan desde entonces muchos documentos importantes. En el instituto se fundó también una sección que se ocupa de las escuelas croatas. La fundación de las escuelas croatas no fue solo el resultado del trabajo del instituto sino también de la unión. En todas las parroquias se fundaron escuelas croatas que se ocuparon de proteger el idioma y la identidad croata. Ellas jugaron un papel fantástico en la mantención del idioma croata. Debo decir que nosotros mismos nos ocupamos de hacer libros, imprimirlos, sin ningún tipo de ayuda. Y así siguió hasta ahora, veintitrés años después de la creación de la República de Croacia. Toda mi vida en EE.UU. se desarrolló en cuatro organizaciones fuertes en las que trabajé y por las que hice grandes sacrificios: la Comunidad católica croata, los Croatas americanos unidos, la Unión de sacerdotes croatas y el Consejo nacional croata.
– ¿Cuántos croatas de segunda, tercera y cuarta generación tienen noción de su origen?
PADRE MAJIĆ: Sostengo que en EE.UU. hay entre 500 y 600 mil croatas. La primera generación se desenvolvió bastante bien. Encontró trabajo y sus hijos se criaron en un espírtu croata. La segunda y tercera generación depende mucho de su vínculo con las parroquias y asociaciones croatas. Las parroquias croatas jugaron un papel irreemplazable en cuanto a la mantención del idioma croata y su fidelidad hacia la patria de sus padres. La mayoría de ellos se ha escolarizado. Muchos se mantienen en contacto con Croacia. Nuestra identidad nacional no fue vendida a nadie. Luchamos por la libertad. Nuestra visión ideal de Croacia frecuentemente sufría decepciones. Nosotros luchábamos por una Croacia digna, buena, honesta. Aunque nos decepcionemos frecuentemente, no renunciamos. Nunca. Durante trece siglos fuimos esclavos de los extranjeros. Por eso la libertad es tan difícil, pero el futuro es nuestro.
– ¿Son reconocidos los sacerdotes croatas en la Iglesia local en la que obran?
PADRE MAJIĆ: Debe reconocerse que nuestra tarea era organizar a las parroquias que protegerían nuestra identidad, pero formando siempre parte de la Iglesia. Nuestra unión de sacerdotes era muy valorada en todos los Obispados. Nuestras propuestas eran escuchadas y formábamos parte del diálogo y de la vida de la Iglesia local. Todos los obispos apoyaban nuestro trabajo. Sabían que se trataba de comunidades católicas sanas, con una identidad de la fe expresada claramente. Ya sea en la obra parroquial, o en el trabajo por Croacia. Siempre pudimos dirigirnos a ellos en caso de necesitar ayuda, y sabíamos que podíamos contar con su protección. En el año 1954 seis sacerdotes croatas encabezados por el Padre Jurički que era entonces presidente de la Unión de sacerdotes, el ex secretario de Stepinac, Lacković, el Padre Kamber y otros, fueron recibidos en la Casa Blanca por el Presidente Eisenhower, para solicitar que él, personalmente, hiciera algo para liberar a Croacia del comunismo. Durante el encuentro directo con el hombre más poderoso del planeta, los croatas hablaron de la situación en su país, las estadísticas de los sacerdotes asesinados, el destino del Cardenal Stepinac cautivo, y otras dificultades. Fue nuestro mayor logro.
– Después de todos los sufrimientos y esperanzas, el trabajo en pos de la libertad de su nación, ¿cómo vivió la declaración de la independencia, la renovación de la Croacia independiente?
PADRE MAJIĆ: Los croatas fueron, durante mucho tiempo, esclavos de otros pueblos. Personalmente, trabajé por la libertad de Croacia durante toda mi vida. Siempre propagamos en nuestras publicaciones la independencia de Croacia. Creía que, algún día, Croacia sería independiente. Lo que llegó no es el ideal que personalmente esperaba. Yo esperaba una nación mejor, más justa, con más libertad. No hay estado independiente si no existe la independencia de la persona. Por eso no sentí que mi ideal se había cumplido, ni en los años 90, ni hoy, cuando el gobierno es socialista. El comunismo creó desconfianza entre los hombres, que se extendió al círculo familiar. El sistema creó un cada vez mayor número de informadores y mercenarios. Y lo más importante: el comunismo liquidó a sus enemigos ideológicos sin ningún tipo de juicios e investigaciones. Con ello creó fosas comunes masivas. El mejor ejemplo de ello es Bleiburg, que con sus consecuencias y sus marchas de la muerte, los vía crucis, constituyen la herida incurable más grande en el cuerpo de la nación croata. Las víctimas del comunismo nunca se van a investigar lo suficiente.
– Frecuentemente se habla del retorno de los croatas a la patria. ¿Cuáles son sus predicciones? ¿Cómo miran a la Croacia de hoy los croatas del territorio americano?
PADRE MAJIĆ: Los croatas se quedarán aquí. Tienen un buen trabajo, y muchos terminaron buenas escuelas. Si Croacia estuviera mejor política y económicamente, todo sería diferente. En Croacia las leyes y el estándar se encuentran por debajo de la crítica. En nuestro pequeño país todo lo explica el dato de los más de 360.000 desempleados. Los EE.UU. no soportarían algo así. Temo que aquellos que se van, tarde o temprano, no vuelven más. Pero también me parece que aquellos que vuelven no viven mucho. No sé por qué, pero sepa usted que, cuando el sistema no funciona, influye en el hombre en su totalidad, como en el comunismo. Creo que esto es lo que a los croatas les impide regresar, y la fuerte influencia de la mentalidad socialista. Pareciera que los croatas no pueden liberarse de ella. La inseguridad hace infeliz a la gente.
– ¿Cómo es la política americana hacia Croacia?
PADRE MAJIĆ: La política americana se guía en primer lugar por sus propios intereses. Tiene aspiraciones de influir en la libertad de cada uno. Los EE.UU. participan en donde algo pasa. A nosotros nos impusieron el Acuerdo de Dayton y detuvieron las acciones que iban en sentido hacia Croacia. Hubo bastante improvisación en dicha política. Hoy se arrepienten públicamente de lo negativo que hicieron en los 90. Nosotros solo defendimos lo nuestro, y resultamos culpables. Hoy creo que es status quo. Creo que los EE.UU. siguen estando más propensa a Belgrado. Puede que suene extraño, pero históricamente los EE.UU. siempre estuvieron con los países más fuertes y más grandes. Recuerdo a Bangladesh y a Pakistán, y a otras naciones creadas en el mundo. Cuando se separaban en algún lugar, los EE.UU. siempre intentaban mantenerlos unidos, porque a ellos les interesa una gran unidad, que es más fácil de controlar. Por eso, los EE.UU. insistieron tanto en una Yugoeslavia integrada y unida. Ellos ayudarán a Croacia en tanto y en cuanto sea de su interés. Ahora nos son cercanos, pero si los Croatas son inteligentes, entonces encontrarán su interés nacional en el interés americano. La posición geopolítica de Croacia es excelente, pero me parece que la política croata no hábil en cuanto a política exterior. Nuestro gobierno está orientado hacia la izquierda. No se ha declarado contra el comunismo, y todavía juegan con la política serbia. El corte con Belgrado no ha terminado. A lo largo de la historia mantuvimos un espíritu servil que no era capaz de independizarse, de pronunciarse a favor de la nación. Ese espíritu servil nos acompaña a través de los siglos. Es tiempo de que despertemos.
– En estos últimos tiempos otra vez emigran los croatas de Croacia y de BiH. ¿Cuál es su comentario al respecto?
PADRE MAJIĆ: La situación económica fuerza a la gente a buscar pan y libertad. El pan también es libertad. Esta es la mayor tragedia de la historia croata. Nuestra población no sólo envejece y se jubila, sino que se reduce. La economía es crucial. Si no hay trabajo ni pan, el hombre se irá, y mientras más lejos se vaya, más difícil será que regrese. Puede ser que algunos de los que se hayan ido a algún país de Europa vuelvan, pero si cruzan el océano, ya no hay retorno. El gobierno, a través de sus métodos, no encontró ninguna mejor solución para aumentar el estándar, para dar trabajo para que la familia viva dignamente. El problema son los políticos. No tenemos visionarios. Sin visionarios no podemos avanzar. Es necesario contar con visionarios que, en su genio, tengan ideas de cómo cambiar la situación, cómo hacer un giro radical. Los visionarios saben guiar, mostrar el camino y deben estar convencidos de tener éxito. Recuerdo a Conrad Adenauer y a sus ministros. Estaban de rodillas, el país destruido, una situación insoportable. Y levantaron al país, lo pusieron al tope del mundo. Eso sólo lo pueden hacer los visionarios. Me parece que a los croatas les falta un elemento importante: la disciplina.
En BiH la situación es insostenible. Existen cuatro problemas: los serbios tienen demasiado poder en BiH, segundo: la federación musulmano-croata no funciona en absoluto. Los musulmanes sólo cuidan sus intereses. Trecero: los intereses extranjeros apoyan las ideas de los musulmanes y los serbios, más que las de los croatas. Cuarto: los croatas están divididos. Además, la corrupción los ha arruinado. Nos hemos transformado en una pequeña minoría. La desconfianza es demasiado grande. Por eso la gente se va. La situación más realista sería que en BiH se constituyan cantones según el sistema suizo. En base a ellos, las diferentes naciones tendrán sus centros y les será más fácil cooperar. En la situación presente, parece más una casa destruida.
– La Iglesia y la cultura son inseparables, en realidad la cultura – la literatura, el arte, la arquitectura, la música – ha salido del ámbito eclesial. ¿Qué opina sobre la situación actual?
PADRE MAJIĆ: La Iglesia siempre estuvo orientada hacia el hombre. La espiritualidad del hombre influye en todo lo que él hace. Por ejemplo, la Edad Media tuvo buenos teólogos y personas que hacían su visión extensiva al obrar del hombre. Observen a nuestro Bošković, o a Tomás de Aquino, o a San Bonaventura. Hoy la vida se ha materializado aún más. El trabajo determina a la persona, determina su carácter. La gente de mi generación era más humilde, pero más feliz. El hombre de hoy tiende cada vez menos al trabajo intelectual, a la reflexión profunda de la realidad. Las personas parecieran estar cerradas en pequeños círculos. El hombre está más cerrado hacia el bien común. En mis tiempos, el hombre contaba con una base más espiritual. La tarea de la Iglesia es despertar nuevamente en el hombre valores que no sean egoístas. Mis frailes vivían, sufrían y morían con el pueblo. La vida siempre se entrega por el bien común.
– Como franciscano, monje, ¿cómo mira al carisma actual en comparación al momento en el que estaba en su máximo auge?
PADRE MAJIĆ: Experimenté el carisma franciscano tanto en la patria como en la emigración. Me apoyaba en las palabras de San Pablo: „Nihil habentes omnia possidentes – Nada tenemos aunque lo poseemos todo“. Ese es el carisma de San Francisco. Creo que la educación en los seminarios y las facultades de Teología es más liberal que nunca. Estamos educados en la disciplina, en la oración y la obediencia. En la actualidad eso se está perdiendo. Nosotros teníamos más sentido de sacrificio y entrega. Pero debo reconocer que me parece que los jóvenes de hoy son muy trabajadores, bastante comprometidos. Tienen capacidad para trabajar con los jóvenes. Nosotros nos relacionábamos más con las generaciones mayores. Estos trabajan más con los jóvenes, y lo hacen muy bien. Cuando yo era candidato al seminario, éramos 68 en total, pero recibían sólo 12. Hoy Europa entera no cuenta con tantos candidatos. Estoy feliz de haber vivido en esa época. Porque experimenté todas las fases. Nosotros mirábamos con aceptación a nuestros educadores, profesores. Les creíamos. El sentido de pertenencia era fuerte.
– A través de su larga vida se ha encontrado y ha trabajado con muchas personas conocidas.
PADRE MAJIĆ: Puedo decir que conocí personalmente a todos nuestros líderes políticos y a aquellos que trabajaron por la libertad de Croacia. Conocí y respeté a cada uno de ellos. Todos integraban el Consejo Nacional Croata, como Branko e Ivan Jelić, Vrančić, Nevistić, Nikolić, Mate Meštrović y otros. Conocí a otros, como la Princesa de Saxon, al Rey Boris de Bulgaria, en 1943; a muchos, muchos senadores y diputados, cardenales y obispos americanos. Junto con Don Anto Livajušić y Stjepan Lacković, secretario de Stepinac, enterramos a Vladko Maček. Fue en mayo de 1964 en Washington. Eramos pocos en el entierro. Más tarde sus restos fueron trasladados a Zagreb.
– Ha cumplido cien años, y sigue la actualidad, lee, escribe, reza… ¿Cuál es el secreto de la longevidad?
PADRE MAJIĆ: Una vida ordenada. No materialista. No demasiadas ansiedades. Aceptar el crecimiento como se va desarrollando en la persona. En la escuela aprendíamos disciplina. Todavía veo la importancia de la misma. No demasiada comida. Hay que saber controlarse. Atravesar límites no hace bien. Influye en la vida física y espiritual del hombre. Las personas tienen complejos que dificultan su vida. Hay que cuidarse de ellos. Y encontrar siempre el equilibro en la salud, la comida, la relación con los otros, la visión de la vida, la espiritualidad sana. Es bueno ser moderado. Si el hombre no tiene base espiritual y metafísica, entonces está perdido. Es importante el humor, es parte de la vida, sin él la vida es cruda y seca. Realmente, no es importante cuándo se vive, sino cómo hemos vivido nuestra vida, aunque me da gusto haber llegado a los cien años.
(GK – Vlado Čutura)