Su mérito es la creación de organizaciones educativas croatas en la emigración con el fin de promover el idioma y la cultura croata en Estados Unidos, y viniendo de la patria, con una educación erudita, a las Misiones Católicas Croatas, trabajó sistemáticamente en la promoción del idioma y la cultura croata en el mundo anglosajón, junto con todas sus complejas tareas parroquiales tanto en EE.UU. como en Canadá. Enriqueció su nuevo ámbito con la organización de escuelas croatas, la impresión de manuales, diarios y libros.
El fraile Ljubo Krasić, uno de los misioneros y educadores más respetables de la diáspora en el siglo XX, falleció el pasado 21 de junio en Humac a los 83 años de edad, 64 de vida monacal y 56 de sacerdocio. Su mérito en la organización de actividades educativas croatas en la emigración con el objetivo de promover el idioma y la cultura croata en Norteamérica en tiempos de división del mundo durante la guerra fría en el marco de las sociedades democráticas occidentales ha sido enorme.
Llegado desde la patria, con una educación erudita, trabajó sistemáticamente en las misiones católicas croatas con el fin de propagar el idioma y la cultura croata en el mundo angloparlante, además de sus numerosas obligaciones parroquiales, tanto en EE.UU. como en Canadá. Además de ocuparse de los estudiantes, se ocupó de la educación de los docentes. Enriqueció el medio angloparlante con la organización de escuelas croatas, la impresión de manuales de estudio, diarios y libros.
Nacido el 18 de marzo de 1938 en Čitluk, Herzegovina, cursó sus estudios de bachillerato en Visoko, y Filosofía y Teología en Sarajevo, Zagreb y Roma. En 1957 entró en la orden franciscana, y se ordenó sacerdote en 1957, en Široki Brijeg. El fraile Ljubo siempre estuvo relacionado a los franciscanos de alguna manera. Inmediatamente después de haber sido ordenado, pasó un año en la parroquia, y de allí partió hacia Zurich, Suiza, donde no solo fundó la Misión Católica Croata sino que desarrolló una obra sacerdotal y nacional muy activa. A pesar de las malas relaciones oficiales entre el Vaticano y el país de entonces, lo bueno era que en la práctica los sacerdotes jóvenes podían ir al extranjero con sus pasaportes y continuar allí no solo las actividades religiosas, sino también las nacionales, que sus antecesores, los sacerdotes croatas de la emigración, habían comenzado y mantenido durante muchos años, siempre en coordinación y cooperación con sus valiosos antecesores.
Ni bien el fraile Ljubo llegó a Suiza, puso en marcha el diario de la misión „Movis“ (que significa „te pones en marcha“, „te mueves“), que reunía e informaba a los croatas en toda Suiza sobre los eventos religiosos y nacionales. Era justamente en la peregrinación a Einsiedeln, Suiza, donde se reunían miles de fieles croatas de diferentes partes de Suiza, Alemania, y muchos de Croacia. Recuerdo particularmente el entusiasmo con el que se esperaba al grupo musical de seminaristas de Zagreb, los Žeteoci.
En el marco de la Misión Católica Croata de Suiza, y en cooperación con la Asociación Croata, el fraile Ljubo organizó varias conferencias sobre idioma, literatura y cultura croata, y entre los disertantes se encontraban algunos escritores y lingüistas conocidos de Croacia.
Después de un periodo de cuatro años en Suiza (1967-1971), el fraile Ljubo cursó tres años de estudios de postgrado en la Academia Alfonsiana de Roma. Durante ese tiempo colaboró con la recientemente fundada editorial ZIRAL, encabezada por los conocidos intelectuales, los frailes Dionizije Lasić y Lucijan Kordić.
A su llegada a EE.UU. en 1974, el fraile Ljubo pasa a ser párroco auxiliar de la Parroquia de los Santos Cililo y Metodio en Nueva York, y solo un año después, fue nombrado director del Instituto Étnico Croata en Chicago. Al año siguiente, en 1976, volvió a Mostar, donde trabajó con sus estudiantes.
En 1977 partió nuevamente hacia EE.UU., a Chicago, donde continuó su obra en el Instituto Étnico Croata, además de sus obligaciones parroquiales en la Parroquia de San Jerónimo, en la misma ciudad. Desde 1980 hasta 1987 fue párroco de Sudbury, una parroquia en la que los fieles croatas, junto con el fraile Ljubo, compraron una hermosa iglesia y le dieron el nombre de San Marcos. En la sala adaptada, debajo de la iglesia, se organizaban numerosas actividades y, desde allí, junto con el Hogar del Partido Campesino Croata, obró durante años la popular institución educativa HIŠAK (Hrvatske izvandomovinske škole Amerike i Kanade – Escuelas croatas de EE.UU. y Canadá fuera de la patria), organización a la que se le unieron más tarde las escuelas de Australia y varias de Europa. Después de Sudbury, el fraile Ljubo fue director del Centro social y cultural croata en Norval (de 1987 a 1995), y luego parte nuevamente a Chicago, donde es designado director del Instituto Étnico Croata en Chicago. Desde allí parte a su Herzegovina natal, en 1996.
Esta ha sido una descripción superficial de la historia de vida de un hombre, sacerdote, intelectual, pero, teniendo en cuenta la cultura y la educación croata, valdría la pena detenerse en cada uno de los lugares mencionados. Con su llegada a Roma, salió publicado el estudio del fraile Ljubo en idioma alemán „La educación de niños de las diferentes nacionalidades de Yugoeslavia en los países europeos“ („Die Schulung der Kinder verschiedener Nationalitäten aus Jugoslawien in den europäischen Ländern“, Roma, 1972), en el que llega a su máxima expresión el sentido del fraile Ljubo por las investigaciones sociológicas que siempre le habían atraído. En cooperación con el Centro de Estudios de Migración de Nueva York („Center for Migration Studies“) apareció su estudio bilingüe de 114 páginas, como resultado del trabajo sobre „Investigaciones sociológicas sobre los migrantes“ („Sociological Investigations on Migrants“), tanto en croata como en inglés, titulado „Perfil social y religioso de los croatas en EE.UU. y Canadá – Entrevistas“ („Adjustment and Religious Profile among Croatians in U.S.A. and Canada – Intervju Schedule“).
A fines de julio y primeros días de agosto, se reunió un grupo de sacerdotes que asimismo eran directores de las misiones, organizadores y directores de escuelas croatas fuera de la patria. La reunión se llevó a cabo en el centro croata San Nicolás Tavelić, en Nueva York, donde cada participante presentó un informe sobre la escuela que funcionaba en el marco de su misión, y qué debía hacerse para que las clases de dichas escuelas fueran mejores y más eficaces. El escritor franciscano Hrvoslav Ban, con mucho optimismo, advertía: „(…) reuniendo a gente que viene con experiencia y práctica… rápida y concretamente podemos detectar los problemas y carencias más importantes y llegar a conclusiones que significarán realmente una nueva página en la historia de la educación fuera de la patria“. Esta „nueva página“ fue escrita mayormente por el fraile Ljubo Krasić, desde el mismo comienzo del HIŠAK. Durante todo el tiempo de su existencia, fue el spiritus movens de dicha institución.
Durante esa reunión fundadora, todos los participantes acordaron que el problema central de las escuelas croatas fuera de la patria era la falta de manuales adecuados y la inaceptabilidad de los materiales escolares de Croacia. Debieron prepararse manuales para los niños de las escuelas croatas que, a mediados de los años setenta, se fundaban en todos los lugares en los que vivía algún gurpo más grande de croatas. La fundación de las escuelas fue puesta en marcha por personas de diferentes ciudades, a las que brindaba ayuda el fraile Ljubo. Así, ya en 1978, el HIŠAK reunía a 55 escuelas, a las que ese mismo año se les unieron doce escuelas de Australia. Poco tiempo después, el HIŠAK integró a veinte escuelas de países europeos: de Alemania, Francia, Suiza y Suecia. Desde entonces, el HIŠAK pasa a llamarse „Escuelas croatas de América, Australia y Canadá“. En los años 1984-1985 más de cien escuelas eran miembros del HIŠAK. Son asimismo los años en los que las escuelas croatas de la emigración reunían el mayor número de alumnos.
Poco tiempo después de la fundación del HIŠAK, el fraile Ljubo publicó dos libros para las escuelas croatas: Hrvatski jezik 1, para primero y segundo grados, y Hrvatski jezik 2, para tercero y cuarto grados. Estos libros se mostraron faltos de contenido suficiente para los cuatro grados, por lo que hubo que preparar nuevo material, hecho que fue observado por el mismo fraile Ljubo, quien en una entrevista destacó: „No fue fácil encontrar autores, preparar los manuales, asegurar los medios para su elaboración, impresión y envío a los cuatro continentes. Lo bueno de todo esto fue que todo lo hicimos voluntariamente. El mayor pago y premio fue que miles de niños croatas, que ahora ya son padres y docentes, hoy hablan en croata y constituyen un puente vivo entre la vieja y la nueva patria. Por otro lado, todos los sacerdotes y religiosas croatas, padres y otros croatas, dieron su apoyo desinteresado a esta obra“.
En el marco del multiculturalismo canadiense, y de manera similar en Australia, se daban clases de idioma serbio y croata, de manera separada. En el multiculturalismo croata de entonces, fueron miembros especialmente activos Ante Beljo, en Sudbury, y Gojko Šušak, en Ottawa. Según la investigación de Slavko Granić, basada en Education Statistics, Ontario, del año 1983/84, había 2795 alumnos de idioma croata en Ontario, y en 1984/85 había 499 alumnos para el idioma serbio. La escuela croata más numerosa en Ontario y Canadá en general era la escuela croata de los sábados, en Toronto, cuyos directores durante años fueron el dr. Vladimir Bubrin y la dra. Marija Kraljević.
Había que preparar los manuales y material de audio para los ejercicios de habla para las escuelas croatas. Los libros fueron realizados de tal manera que al principio tenían la forma de hojas de trabajo enviadas a las escuelas y, recién después de utilizarlas con los alumnos, dichos materiales se publicaban en manuales escolares. Ambos libros pasaron las críticas necesarias y su impresión fue financiada por el gobierno canadiense. Ambos libros tuvieron varias ediciones y más tarde fueron publicados en Croacia, junto con libros guía para los docentes. Los libros Hrvatski jezik 3 y Hrvatski jezik 4 fueron realizados en cooperación con la profesora Lada Kanajet Šimić, pero había problemas respecto de las ilustraciones. El precio de los libros era muy bajo, y el objetivo era posibilitar la impresión de los libros para que estuvieran a disposición de todos los alumnos de las escuelas croatas.
Sobre estos dos libros, las autoras del texto „Las escuelas croatas fuera de la patria – garantía de la mantención del idioma croata“, de Lidija Cvikić, Lada Kanajet Šimić y Tamara Turza Bogdan, dicen: „Aunque los manuales Hrvatski 1 y Hrvatski 2 fueron utilizados desde su primera publicación por cientos de alumnos de varias generaciones, dichos manuales, lamentablemente, no recibieron la atención que indudablemente merecían por parte del público profesional y científico croatista. El primer análisis científico profundo fue realizado recientemente, después de más de treinta años desde su primera publicación (Turza Bogdan i Kanajet Šimić, 2014).
La investigación realizada confirmó que se trata de manuales basados en los principios contemporáneos de las clases de idioma: las lecciones están divididas temáticamente y orientadas hacia la comunicación, en las clases se brinda igual atención a la motivación del desarrollo de todas las habilidades lingüísticas (audición, habla, lectura, escritura) y debido al establecimiento de relaciones entre los idiomas que dominan los alumnos (inglés/francés del medio y el croata familiar) los manuales se basan en un enfoque contrapuesto. Es importante destacar el enfoque contemporáneo de la gramática: el aprendizaje de la gramática es funcional, implícito y gradual, sin metalenguaje ni dominio del conocimiento lingüístico“.
Cuando el fraile Ljubo se mudó a Sudbury, con él se mudó el HIŠAK. En Sudbury vivía desde hacía tiempo Ante Beljo, y pronto también yo me mudé allí. En ese grupo estaba el valioso colaborador Gojko Šušak. En Toronto teníamos valiosos colaboradores como Marijan Sopta, Jerko Nekić, Robert Megler, y en Cambridge, a Jako Perić. Nada nos era difícil, solíamos viajar a diferentes lugares, cargar de a diez cajas de libros en la combi del fraile Ljubo y viajar incluso hasta Nueva Orleans para preparar una exposición de la palabra croata escrita en los congresos de eslavística. El fraile Ljubo siempre era el spiritus movens en esas cosas. De alguna manera, siempre estaba „en el frente croata“. Recuerdo que una vez, en el marco de la Reunión de eslavistas norteamericanos para el desarrollo de los estudios eslavos (el popular AAASS – American Association for the Advancement of Slavic Studies) teníamos a cargo un panel sobre cine croata en el que, junto a los libros croatas que estaban en un lugar destacado, en una pantalla de tv se proyectaba constantemente la película Genocide Yugoslavia, sobre los horrores que el Ejército Nacional Yugoeslavo y el ejército serbio habían provocado en Eslavonia al comienzo de la agresión sobre Croacia, y un profesor serbio, historiador, totalmente furioso nos enfrentó al fraile Ljubo y a mí y nos dijo en voz muy alta si no nos daba vergüenza proyectar algo así. Le respondimos también en voz muy alta cómo a ellos no les daba vergüenza haber hecho algo así. El fraile Ljubo agregó – y muchos se detuvieron a escuchar nuestra conversación en un tono muy elevado: „¿Debería avergonzarse Picasso por haber pintado a Guernica y no a aquellos que lo provocaron? ¿Qué crimen es mayor: descubrir y mostrar el crimen, o llevarlo a cabo?“ Ese fue el final de ese diálogo no tan „fraternal“.
En 1978, el fraile Ljubo, junto con un grupo de colaboradores, organiza seminarios educativos en Chicago, Cleveland, Edmonton, Calgary, Kitchener, Windsor, Sault Ste. Marie, Sudbury, Vancouver y Toronto, del que participaron unos 190 docentes y miembros de los comités escolares. En cada lugar en el que se presentaron, los disertantes encontraron cooperación y nuevos colaboradores. El fraile Ljubo siempre supo hacer contactos y mantenerlos.
Perfeccionamiento de docentes de croata en el mundo anglosajón
En 1984, en Sudbury, en la Universidad Laurentian, se llevó a cabo el seminario internacional de idioma croata y folklore, del que participaron cuarenta disertantes, entre ellos algunos especialistas canadienses de renombre en medios de comunicación y cuestiones educativas. Además de Canadá y EE.UU., estuvieron presentes especialistas en educación y disertantes de Alemania, Argentina, Suiza y Suecia.
En el texto „HIŠSK – 25 años de trabajo“, el fraile Ljubo dice: „En el primer seminario internacional se aprobó la conocida Declaración del nombre y situación de la lengua croata (Declaration on the Name and Status of the Croatian Language). La misma fue firmada por cincuenta y siete representantes de asociaciones croatas. El HIŠAK la envió, junto con cartas alusivas, a todos los gobiernos europeos, australianos, estadounidenses y canadienses, así como a todas las universidades líderes, bibliotecas y asociaciones lingüísticas de todo el mundo. La declaración, como puede verse de las respuestas recibidas, produjo una fuerte influencia en muchos, incluyendo la asociación más grande de estudios eslavísticos en EE.UU. – la American Association for the Advancement of Slavic Studies, que luego de esto modificó su política „serbo-croata“, ingresando el croata en 1985 a la lista de idiomas oficiales“.
Dos años más tarde, en la misma universidad se organizó el Segundo seminario internacional de idioma croata y folklore, cuyo organizador general y spiritus movens fue nuevamente el fraile Ljubo Krasić, quien contó con la gran ayuda de Ante Beljo, Nada Sladojević Šola, Gojko Šušak, y muchos otros croatas de Sudbury, de Canadá y EE.UU. Incluso hubo varios participantes de Australia, entre ellos el director de la primera cátedra de croata fuera de Croacia en la Universidad de Macquarie, el prof. Luka Budak, quien presentó una disertación muy interesante sobre la vida universitaria en Australia.
Cuando se trataba de una carta dirigida a alguna institución, el fraile Ljubo solía destacar que en cada una había que decir claramente qué se deseaba y por qué se enviaba, ya en la primera oración. Y todo lo que seguía a continuación, era una explicación de esa primera oración.
El fraile Šime Ćorić también fue de gran ayuda. Solía viajar con nosotros a Canadá y preparó el cancionero tan popular con las notas „Najpjevanije hrvatske pjesme – Hrvatski kroz liriku i glazbu“ (Canciones croatas – el croata a través de la lírica y la música), editado por el fraile Ljubo. También son mérito del fraile Šime las prácticas lingüísticas, hechas en timins, en el hogar del valioso Edo Špehar, quien puso a nuestra disposición todos los aparatos necesarios para la grabación. En el prefacio del editor del libro Hrvatske pjesme… dice: „De esta manera, las escuelas de HIŠAK, los conjuntos musicales y la gente en general reciben un cancionero estándar con notas y letras, un cancionero que les ayudará a que, en cada ocasión, canten, toquen, bailen, para que la alegría sea mayor, que la tristeza disminuya, para que las amistades crezcan junto al canto, y las relaciones entre los emigrantes y Croacia rejuvenezcan“.
Nos llevaría mucho tiempo mencionar todos los manuales, libros, grabaciones y la bibliografía que editó, motivó, ayudó o preparó el fraile Ljubo Krasić en cooperación con otras personas, pero debemos mencionar el diccionario cuatrilingüe para niños: croata-inglés-alemán-francés, porque se trata del primer diccionario publicado en cooperación entre una editorial de Croacia (Kršćanska sadašnjost) y una editorial de la emigración (HIŠAK).
Durante un tiempo, el HIŠAK empleó durante las vacaciones de verano una decena de estudiantes croatas para proyectos de historia de la presencia croata en el norte de Ontario. El estado canadiense financiaba el proyecto, pero la comunidad croata debía poner a disposición un espacio físico y proponer a una persona que estaría continuamente con los estudiantes y guiando el proyecto durante los meses de verano. Y nuevamente fue fra Ljubo quien demostró su spiritus movens.
En 1983, Sudbury celebró su centenario, los croatas de dicha ciudad publicaron la interesante historia de la comunidad croata de dicha ciudad, bajo el título „Croatians in the Sudbury Centennial“, cuyo coautor fue el fraile Ljubo.
Con la agresión a Croacia en los años 90, las cosas cambiaron radicalmente. Gojko Šušak y Ante Beljo regresaron a Croacia, de Ottawa (donde trabajaba en la Escuela Militar canadiense) me fui a la Cátedra de idioma croata en la Universidad de Waterloo, el fraile Ljubo estaba ocupado con sus numerosas obligaciones en el Centro cultural y social croata en Norval, y a decir verdad, todos estábamos convencidos de que ocupábamos nuestro tiempo de la mejor manera posible, y que con la independencia de Croacia y la fundación de un Ministerio de Educación, se pondría a disposición un equipo de profesionales que tendría medios y conocimiento. La cantidad de escuelas se redujo bruscamente, con lo que en 2007 en EE.UU. y Canadá quedaron 28 escuelas croatas con un pequeño número de alumnos. Los motivos fueron muchos, y sería difícil enumerarlos en este espacio, pero la asimilación hace lo suyo, y por otro lado, hoy muchos alumnos, con sus padres o solos, pasan sus vacaciones de verano en Croacia, que es la mejor manera de aprender el idioma croata y conocer la cultura. Además, existen varias escuelas muy bien organizadas para los niños croatas y los estudiantes fuera de Croacia, en Zagreb en el marco de la Fundación para la Emigración Croata, en Zadar con Lin-Cro („International Croatian Language School“), y en la Universidad de Split.
El fraile Ljubo fue también de gran ayuda en la introducción del idioma croata en las escuelas secundarias de la provincia de Ontario en 1976, así como en la fundación de la Cátedra de idioma y cultura croata en la Universidad de Waterloo. Publicó además el valioso libro de Anica Miter, „Croatica in the University of Toronto Library“, una lista de libros croatas en la biblioteca canadiense con mayor cantidad de ejemplares, en la que esta valiosa bibliotecaria y poeta croata trabajó durante muchos años.
A partir de la independencia de Croacia, el fraile Ljubo se dedicó a publicar algunos manuales, siguió en contacto con varias escuelas e hizo la entrega de los manuales solicitados. Además, fue responsable de que algunos libros hayan sido publicados, como por ejemplo „Panorama de la poesía de Herceg-Bosna – Los sueños soñados largo tiempo atrás“ (Denver, Colorado, Outskirts Press, 2009.).
En lo que respecta a la elaboración computarizada de material escolar, nos ayudó muchísimo el magíster Marko Dumančić, director de la sección de informática de la Sección de Estudios del Medioambiente de la Universidad de Waterloo. Cabe destacar que todas las colaboraciones eran voluntarias.
Después de la independencia de Croacia, el fraile Ljubo y sus colaboradores pudieron decir con la conciencia tranqjuila: Fecimus quod potuimus, potentiores faciant alia! – Hicimos lo que pudimos, lo demás que lo hagan aquellos más fuertes.
Otra institución de gran valor, y no solo para los croatas fuera de Croacia sino también dentro de ella, es el Instituto Étnico Croata fundado por los franciscanos croatas en 1975, en Chicago. Ya en 1977, el Instituto pasó a ser „una institución educativa y científica americana“. En un informe sobre el Instituto sobre su fundación, dice: „El objetivo principal de este instituto es reunir la documentación y los datos de las parroquias, asociaciones, instituciones e individuos croatas en EE.UU. y Canadá, y luego intentar ampliar ese trabajo a las demás parroquias, asociaciones y clubes fuera de la patria en todo el mundo“.
Y sigue: „Reunir todos los escritos y documentos que se relacionan con los emigrantes croatas y con el problema de la emgiración. Dicha documentación comprende: libros y artículos publicados por croatas, artículos y libros de otros escritores que escriben sobre los croatas y sobre Croacia, bibliotecas privadas, cartas privadas y oficiales e intercambio de cartas que tengan relevancia, obras de arte, trofeos deportivos, sellos postales, billetes, muñecas, manualidades, fotografías, folklore, instrumentos musicales, documentos personales vencidos pero de valor documental, películas, etc.“
Por ejemplo, me sorprendí al ver en el Instituto tantos datos sobre el publicista croata Bruno Bušić, que no eran conocidos. „Es sorprendente el material documental sobre cientos y cientos de conjuntos musicales jóvenes, coros, orquestas de támburas que funcionaban y funcionan en todo el continente norteamericano. Sería interesante investigar qué pasa con esa gran cantidad de jóvenes croatas de EE.UU. y Canadá que crecen en el marco de grupos de folklore y támburas, conjuntos musicales y coros de iglesias. Una cosa es segura y es que el trabajo del campo de sus ancestros, gracias a la educación y el esfuerzo, fue cambiada por profesiones mucho más atractivas en diferentes campos de trabajo. Muchos cumplieron con su sueño americano, pero hay documentación sobre aquellos cuyas condiciones de vida eran totalmente distintas y a los que el destino no les fue favorable“, dice el fraile Ljubo en una entrevista sobre el Instituto Étnico Croata.
El primer director del Instituto (1975-76) fue el conocido escritor y dramaturgo croata, el fraile Hrvoslav Ban, y en los siguientes cuatro años (1976-1980) fue dirigido por el fraile Ljubo, hasta su partida a Sudbury. Le sigue una pausa de cinco años, luego de la que asume la dirección el fraile Dionizije Lasić (19785-1995), ex profesor del Antonianum de Roma, un gran publicista croata y editor del ZIRAL durante años. El fraile Ljubo regresa al Instituto en 1995 y permanece en la dirección hasta su retorno a Croacia.
Además de la biblioteca y el museo, inmediatamente después de la fundación del Instituto, se vio la necesidad de nuevos contenidos. El fraile Ljubo, como director de larga data de las escuelas croatas fuera de la patria, sabía muy bien que las escuelas, sin importar cuán significativas fueran, solo preparaban y orientaban a la gente a seguir practicando por lo que, para el fraile Ljubo, el HIŠAK y el Instituto fueron dos realizaciones vitales que constantemente se relacionaban y complementaban.
El Instituto, con su gran biblioteca (cerca de 15000 libros), con la correspondencia más diversa de más de un siglo, documentos de diferentes tiempos y lugares, posibilitó una estudio científico variado de historia, demografía y migración croata, creaciones científicas, literarias y artísticas de los croatas y sus descendientes en EE.UU. y Canadá. Con su habilidad natural de relacionarse con la gente, el fraile Ljubo hizo realmente mucho. Los elogios al Instituto llegaron del cardenal Franjo Kuharić, del cardenal Blaise Cupic, de la presidente de la República de Croacia, de algunos ministros y presidentes de Gobierno croatas, de músicos y artistas, que en el libro de visitas escribieron sus impresiones. Así, el obispo de Banka Luka, el fraile Marko Semren, escribe: „Recordar el pasado y reflexionar sobre él es una necesidad innata del individuo y de la comunidad. Gracias al gran amor de los franciscanos, tenemos la oportunidad de enriquecernos en las fuentes del patrimonio en este Instituto Étnico Croata“. O las palabras del conocido músico Nenad Bach: „No tiene precio. Somos muchos y podemos. Felicitaciones por la organización y por el amor con el que han reunido esta valiosa parte de nuestra historia todavía no escrita. Ustedes son la base de una Croacia mejor. De corazón, Nenad Bach“. Por supuesto, como destacaba el fraile Ljubo, este es el mérito de todos los franciscanos como comunidad, aquellos del pasado y los actuales, que con tanto empeño reunieron los bienes culturales croatas. Es grande el mérito del custodio actual, el fraile Joza Grbeša, quien comenzó la gran obra de digitalización de todos estos valiosos materiales que se encuentran en el Instituto. A veces pienso en el Instituto Étnico Croata desde el lado contrario – qué hubiera pasado con esos materiales tan valiosos, con esa valiosa documentación, de no haber existido el Instituto. Podemos suponer que, con el recambio de dueños de las viviendas, habrían desaparecido muchos materiales.
Durante su estadía en Chicago, el fraile Ljubo, además de la responsabilidad de sus tareas religiosas y sacerdotales, el HIŠAL y el Instituto, preparaba y editaba el anuario Hrvatski kalendar en el que, en cuatro números, presenta las historias de vida de cincuenta croatas que trabajaron o trabajan en diferente campos de la política, la ciencia, el arte, la filosofía, la teología, autoridades militares y aquellos que hicieron grandes logros en la empresa o el deporte.
Entre ellos están Ivan Meštrović, el fraile Silvije Grubišić, el fraile Dominik Mandić, Jure Prpić, Karlo Mirth, Adam Eterovich, Miljenko Grgić, Mladen Buntich, Janko Perić, Ilija Letica, Peter Tomich, Mary (Magdić) Margitich y otros.
En el prefacio al anuario de 2001, escribe: „Uno de los objetivos primarios del Calendario Croata 2001 es presentar a los jóvenes ejemplos que los motiven al trabajo y ejemplos a seguir. Las biografías ofrecen numerosos datos para futuras investigaciones, y constituyen una fuente confiable de informaciones sobre los croatas destacados en EE.UU. y Canadá para los medios“.
Por la promoción de la educación y la cultura croata y por su aporte a la educación croata en el mundo, el fraile Ljubo Krasić fue condecorado con la Orden del Lucero Croata con el rostro de Antun Radić, en 1995.
Finalmente, cabe destacar que el fraile Ljubo, todo lo que hizo – e hizo mucho por la educación y la cultura -, lo hizo con amor y una relación positiva hacia la gente y las circunstancias.
Adiós, querido fraile Ljubo, que descanses en paz en la tierra croata que tanto amaste.
Texto: Vinko Grubišić