Exponen sus obras: Emil Bobanović Ćolić, Vedran Grabovac, Jasmina Runje, Josip Škerlj y Nada Zec Ivanović. Durante la inauguración, habló el prof. Dr. Antun Karaman, autor de la exposición „El bosque encantado“, y del prefacio del catálogo.
La exposición „Začarana šuma“ fue inaugurada el pasado 19 de noviembre en la galería de la Fundación para la Emigración Croata filial Dubrovnik. Expusieron sus obras: Emil Bobanović Ćolić, Vedran Grabovac, Jasmina Runje, Josip Škerlj y Nada Zec Ivanović.
Vedran Grabovac expuso tres aves-esculturas en madera. Jasmina Runje presentó cuatro ilustraciones en tinta sobre papel. Nada Zec Ivanović expuso tres dípticos de óleo sobre tela. Emil Bobanović Ćolić presentó cuatro obras en técnica de acrílico en papel, y Josip Škerlj, cuatro obras de acrílico sobre tela.
En la inauguración de la exposición habló el prof. Dr. Antun Karaman, asimismo autor de este evento y del prefacio del catálogo.
En su presentación dijo, entre otras cosas: „Bosque oscuro, denso, misterioso, autorenovable e invasivo (invasor agresivo del espacio) – bosque salvaje, permanente, más duradero que la vida humana, donde sea que crezca – en valles fértiles de ríos, en mesetas montañosas, en laderas pedregosas, en extensiones ecuatoriales (selvas tropicales) o en espacios fríos del norte (taigas, bosques siberianos o boreales de Norteamérica…), cada una es particular y única. En todas las mitologías y religiones del mundo, el bosque es un símbolo enfático de lo salvaje, de la libertad absoluta y la falta de fiabilidad de los impulsos primordiales (incluso los humanos), y en sentido alegórico y metafórico (desde el punto de vista psicológico) marca la condición inconsciente y el comportamiento irracional del hombre. Por eso, la oscuridad absoluta de los bosques impenetrables y la incertidumbre de sus misterios han asustado (y lo siguen haciendo) de manera similar a las comunidades humanas, independientemente de las características geográficas de la región en las que crecieron determinados bosques (y en las que siguen creciendo): en cada bosque las incertidumbres son similares o iguales, por lo que en los cuentos mitológicos de todas las culturales mundiales abundan monstruos similares y criaturas sobrenaturales nacidas de numerosas incógnitas, de eventos desafortunados e inexplicables, de la ignorancia, a menudo incluso de sonidos espeluznantes que genera el bosque de día y de noche.
El miedo, la soledad, el dolor (y todo tipo de pensamientos sombríos), la vulnerabilidad y el peso del alma, crecen velozmente en el corazón de los bosques psicológicos oscuros e inconscientes, y la imaginación humana, terrible y peligrosa, los vuelve más terribles y más peligrosos y los reproduce y acumula con facilidad.
Todo lo dicho puede encontrarse y reconocerse en las obras presentadas en la exposición y en el corazón de los artistas, que se nos abren con confianza y con la esperanza de que, de las historias contadas a través de sus obras, reconozcamos por lo menos pequeñas partes de la verdad que, con cierta frecuencia, se nos escapa de nuestra atención.
La exposición permanecerá abierta hasta el 3 de diciembre.
Texto: Maja Mozara