Los artistas chilenos de origen croata, Lea Kleiner y Jorge Milošević Díaz, en los dos últimos meses expusieron sus obras en centros culturales y museos de Santiago.
En la capital de Chile, segunda por cantidad de descendientes de croatas en Latinoamérica, exponen los artistas chilenos de origen croata. En los últimos meses, los pintores Lea Kleiner y Jorge Milošević Díaz expusieron sus obras en centros culturales y museos de Santiago.
La exposición „Revelación de una mirada“, de la pintora Lee Kleiner, fue inaugurada el 8 de febrero en el Museo Andino, en Viña Santa Rita, Santiago. En un repertorio colorido de pinturas y fotografías, Lea Kleiner, artista chilena nacida en Croacia, expuso sus obras. Los motivos de sus obras son variados, al igual que sus técnicas. El hilo conductor de esta exposición es un estilo único y la visión de la artista con la que unió sus tres amores: la acuarela, el grabado y la fotografía. Nacida en Zagreb en 1929, en 1939 Lea se mudó de la calle Ilica a Chile. En la Universidad de Chile, en la capital donde vive en la actualmente, terminó los estudios de Bellas Artes. Aunque en Croacia no tiene familiares cercanos, ha visitado el país reiteradas veces.
En Santiago trabajan otros artistas descendientes de croatas cuyas obras también fueron expuestas en prestigiosos centros culturales de la ciudad capital. Uno de ellos es Jorge Milošević Díaz, conocido pintor, descendiente de croatas en segunda generación. La exposición fue presentada en enero de este año en el Taller de Artistas, en la Corporación Cultural de Las Condes), uno de los centros artísticos más significativos de Santiago. El abuelo de Jorge, Antonio Milošević Butković, nacido en Ledenica, cerca de Novi Vinodolski, llegó a Bolivia en los años veinte del siglo pasado, a la ciudad de Cochabamba, en aquellos tiempos centro importante de los inmigrantes croatas. El padre de Jorge se mudó a la capital de Chile, donde nació Jorge. Jorge se interesó por por las artes desde pequeño. En la Pontificia Universidad Católica de Chile terminó los estudios de pintura y, desde entonces, se dedicó al arte. Generalmente encuentra inspiración en lo que lo rodea, y en la naturaleza humana. Además de óleos en tela, hizo murales en edificios públicos y edificios históricos de Santiago. También se dedicó a la restauración de la iglesia de San Agustín, el palacio Subercaseaux y el Teatro Nacional de Santiago. Es miembro activo de la asociación cultural croato-chilena Domovina, donde promueve las danzas tradicionales croatas a través del grupo de baile. Hace un par de años visitó Croacia, y su sueño es poder pintar paisajes y rostros en la tierra de sus antepasados.
En Santiago de Chile hay más artistas profesionales como lo son Čedomir Šimunović y Natali Babarović. Por ejemplo, la organización artística Hrvartis, cuya tarea principal es reunir y presentar obras de muchos artistas independientes de origen croata, artistas, músicos, pintores y otros. El Proyecto Hrvartis, según lo dice Franco Ferrer Cvitanović, presidente de esta organización artística y músico profesional, va más allá de las tradicionales muestras de la tradición y el folklore croata. Está abierta a todos los artistas que, a través de su obra y su arte, hacen un aporte al mantenimiento de las relaciones culturales y artísticas chileno-croatas. En los últimos dos años, Hrvartis organizó varios concursos de premios de pintura y poesía, y exposiciones de artistas visuales para el numeroso público de descendientes de croatas en este país lejano.
Texto y fotos: Sara Večeralo