Con la apertura de la
Comunidad Europea hacia Europa Central y Oriental, que
se espera en un futuro cercano, las fronteras ya no serán
importantes. Los Croatas de Gradi¹æe en Austria, Hungría
y Eslovaquia hace una decena de años que están acostumbrando
a esta unidad de diversas maneras. Son muchos los desafíos
del futuro, pero las perspectivas también son numerosas.
De las novedades en la vida de las minorías autóctonas
croatas, el Anuario de la Fundación para la Emigración
Croata nota una treintena de acontencimientos importantes
en la vida cultural y social de la diáspora del otro lado
del océano durante el año pasado: desde Canadá hasta Tierra
del Fuego, Australia y Nueva Zelanda. Brevemente, el Anuario
de la Emigración croata 2003, con resúmenes en inglés
y castellano, consta de 9 unidades temáticas compuestas
por 35 contribuciones de autores independientes, y tiene
su página electrónica en la red global (http://www.matis.hr/zbornik).
De este modo, el contenido del Anuario de este año conecta,
con mayor o menor información a 15 países del mundo.
Dentro de la primera unidad se encuentra la obra científica
original que trata el tema del regreso, basándose en el
ejemplo de una de las regiones más desarrolladas. En la
obra se describe la emigración contremporánea de Meðimurje,
es decir después de la Segunda Guerra Mundial, a países
de Europa Occidental. Al mismo tiempo, se da una estimación
de cuán realista resulta esperar que los jóvenes nacidos
en Europa Occidental regresen a Meðimurje, teniendo en
cuenta que nacieron y se criaron en un ambiente cultural,
educativo y lingüístico totalmente distinto. La cuestión
del regreso de emigrantes es el sueño del jóven país,
que celebró el primer decenio de su independencia, y que
aún espera frenar la tendencia migratoria. Pero la realidad
es distinta La respuesta de los colaboradores fue muy
grande de modo que tuvimos que seleccionar algunas obras.
Se incluyeron las colaboraciones de jóvenes profesionales
- desde la Universidad en Auckland (Bo¾iæ, Vrbanèiæ...)
hasta la Universidad de Zagreb (Holjevac, Mesariæ...)
o la Universidad de Macquarie en Sidney (©kvorc, Budak...),
como las de nuestros confiables viejos colaboradores.
Los lectores frecuentemente mencionan la vieja/nueva iniciativa
de un museo de nuestra diáspora, por lo que este anuario
incluye la visión museológica de una concepción virtual
del museo, con la tesis de que debido al rápido desarrollo
de la internetización el concepto clásico de museo quedó
totalmente anacrónico, por lo que cada vez hay menos museos
con exhibiciones de colecciones, y más centros modernos
de comunicación. De todos modos, aceptamos la mayoría
de las sugerencias de nuestros lectores, creemos que a
beneficio de ambas partes.
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