Un arco iris sobre Karaševo

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Después de Iserlohn y Lovas, la exposición fue recibida por la Comunidad Croata de Rumania, encabezada por Slobodan Gero, presidente de la misma y representante ante el Parlamento.

La cultura tradicional croata es conocida en todo el mundo por su variedad y sus particularidades, y más aún en las comunidades croatas de minorías. Si quisiéramos destacar alguna de ellas, especialmente por su colorido y la originalidad de su cultura y sus tradiciones, no fallaríamos al elegir a los croatas de Karaševo, en Rumania.

Esta comunidad antigua, que tiene sus raíces profundas en el Medioevo, y que cuenta con características tan atractivas, a pesar del paso del tiempo supo conservar su origen y su identidad. Y es así como cada encuentro con los croatas de Karaševo es especialmente inspirador.

Esta comunidad croata demuestra su vitalidad con numerosos eventos y manifestaciones. Uno de ellos es la exposición de obras del concurso artístico-literario „Duga“ („Arco Iris“), organizada por la pareja artística de Ante y Ankica Karačić. Ambos oriundos de Ilok, con residencia en Iserlohn, por 12° vez organizaron un concurso artístico y literario que atrae a jóvenes creativos, tanto de Croacia como de otros países del mundo. Al concurso de este año llegaron un total de 1280 trabajos de siete países. Las obras, inspiradas en el arco iris, fueron enviadas por niños de escuelas croatas, de comunidades croatas de Rumania, Serbia, Bosnia y Herzegovina, Hungría, Austria y Alemania.

En los amplios espacios de la Comunidad Croata de Rumania, el pasado 12 de abril se inauguró esta exposición en presencia del embajador croata en Rumania, Davor Vidoš; del vicedirector de la Fundación para la Emigración Croata, Ivan Tepeš; del director del municipio de Karaševo, Petar Bogdan; de la directora del municipio de Lovas, Tanja Criba, y de representantes de asociaciones educativas y del gobierno.

Con su ingenio, variedad de técnicas y, a veces, una madurez excepcional, los trabajos expuestos atrajeron la atención de los presentes. Los anfitriones estaban especialmente contentos ya que varios niños de la zona de Karaševo fueron premiados, y en esta ocasión les fueron entregados sus diplomas.

La artista Ankica Karačić organizó un taller de arte para los niños de Karaševo y que confirmaron la excepcional creatividad de esta comunidad.

El status de la comunidad croata en Rumania tiene un orden ejemplar. Cuenta con su propia infraestructura educativa y cultural, pero eso no significa que no esté expuesta a nuevos desafíos más exigentes. La cultura tradicional, que hace veinte años todavía tenía vida y parecía indestructible, se está inclinando velozmente hacia la modernización y a las influencias de la nación mayoritaria. Los cantos, las danzas, la música, los trajes típicos y la arquitectura protegida durante siglos, desaparecen de la noche a la mañana. Por eso se está construyendo en Karaševo un museo dedicado a la herencia de siglos de los croatas de la región. Esta comunidad relativamente pequeña no podrá conservar la riqueza de su tradición sin el apoyo de especialistas y de instituciones de la República de Croacia.

La región del Banat rumano y especialmente la zona de los alrededores de la ciudad Ričica ha sido muy afectada por los cambios económicos que trajo la trancisión social de 1989. Durante siglos, esta región vivió de la minería y la producción y transformación de metales. En poco tiempo, durante los años 90, estas tareas desaparecieron. Con ellas desaparecieron miles de puestos de trabajo, sin crearse nuevos. Por eso, la población de este lugar, sin tener en cuenta la pertenencia étnica, traslada su residencia a países europeos más desarrollados, especialmente a Austria y Alemania. Estos procesos afectan a las comunidades que ya son pequeñas y débiles, como la croata. Debido a la emigración de la población en edad fértil, la zona de Karaševo envejece cada vez más y la cada vez menor cantidad de niños amenaza a la escolaridad en idioma croata – especialmente a la escuela secundaria bilingüe croato-rumana de Karaševo.

Esto no significa que la zona de Karaševo no cuente con posibilidades de desarrollo. El mismo Karaševo se encuentra en la entrada al parque nacional del valle del río Karaš y del monte Semenik. Aquí se encuentra la mayor gruta de Europa – Komarnik, parques arqueológicos, restos de la antigua fortaleza de Karaševo, un sinnúmero de lagos, cascadas y bosques. El futuro de este lugar podría basarse en la revitalización parcial de la agricultura, especialmente de los frutales, además de su gran potencial turístico. La Unidad croata de Rumania, dentro de la infraestructura de sus hogares y sedes culturales, prevee alojamientos en Karaševo y Jablača. De esta manera, esta zona pasa a ser interesante para cada visitante, especialmente al que llega desde Croacia. 

Durante nuestra visita a la región de Karaševo, nos acompañó un tiempo lluvioso y oscuro. A pesar de ello, pudimos ver un arco iris, no solo en los dibujos de los niños, sino también en el futuro de los croatas de Karaševo.

Texto: Marin Knezović

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