TORMENTOSOS Y FRUCTÍFEROS 70 AÑOS DE LA FUNDACIÓN PARA LA EMIGRACIÓN CROATA

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Después del establecimiento del Estado Croata, la FEC pudo establecer relaciones de cooperación con toda la emigración croata en todos los niveles y áreas.

 

El reciente número de la revista Matica saldrá a la luz el 12 de febrero, coincidiendo con el 70° aniversario de la Fundación para la Emigración Croata. La creación de la entonces llamada Fundación de emigrantes de Croacia (Matica iseljenika Hrvatske – MIH) se puso en marcha en el marco de la nueva política del régimen yugoeslavo hacia la emigración que siguió al quiebre entre Tito y  Stalin en 1948. Yugoeslavia entonces establece mejores relaciones con el occidente, por ende, con los grandes países de inmigración (EE.UU., Australia, Canadá…), lo que permite asimismo la cooperación con sus ciudadanos de origen de los espacios de Yugoeslavia. El intento de motivar el retorno masivo después de la guerra fracasa sin gloria a fines de los años 40 del siglo XX. Abandonando la política del retorno masivo, el gobierno gira hacia una forma de cooperación institucional con la emigración, pensada con la ayuda de organizaciones republicanas, como la así llamada Fundación de los Emigrantes que es fundada no solo en Zagreb, durante los años 50, sino también en otros centros de la República socialista y federativa de Yugoeslavia, por lo que además de la Fundación de Emigrantes de Croacia existe la Fundación de emigrantes de Eslovenia, Macedonia, Serbia y Bosnia y Herzegovina. Todos los asuntos con la emigración eran considerados muy sensibles y peligrosos por parte del régimen yugoeslavo, por lo que todas estas Fundaciones, y especialmente la Croata, estaban constantemente bajo vigilancia por parte de los servicios secretos hasta la disolución de Yugoeslavia.

La Fundación de los Emigrantes Croatas debía establecer la cooperación en el campo cultural y educativo con asociaciones de emigrantes de Croacia favorables a la nueva Yugoeslavia y al régimen comunista. Tal política imposibilitó que los numerosos miembros de la emigración croata tuvieran vínculo con la patria, especialmente aquellos pertenecientes a organizaciones cercanas a la Iglesia y con una cosmovisión no comunista, y especialmente los que abogaban por una Croacia independiente. Esto marcó el comienzo de la división de la emigración croata entre adeptos/amistosos y no adeptos/hostiles, que acompañaba la política y la obra de la Fundación de Emigrantes de Croacia, con ligeras desviaciones, hasta la caída del régimen comunista. La cantidad de emigrantes hostiles seguía creciendo, especialmente durante los años 50 y comienzos de los 60 del siglo XX con escapes ilegales masivos hacia el occidente, especialmente de jóvenes que estaban dispuestos a arriesgar sus vidas para salir de Yugoeslavia.

El primer presidente de la Fundación de emigrantes de Croacia fue el dr. Zlatan Sremec, de Gradište, Županja. Durante los primeros años, esta institución, fundada como „asociación cultural y educativa con el fin de mantener las relaciones culturales y amistosas entre la emigración y la patria“, se dedicaba en general a la organización de giras de asociaciones culturales de Croacia y de actuaciones de grupos de la emigración, y dedicaba cierta atención al retorno de los emigrantes. La Fundación de emigrantes de Croacia desarrolló una editorial, y ya a fines de 1951 puso en marcha la publicación mensual de la revista Matica, y a partir de 1955 comenzó a publicar el Anuario de la Emigración, hoy llamado Anuario de la Emigración Croata. Todas las publicaciones pasaban por una estricta censura, y servían principalmente como promoción de la Yugoeslavia de Tito en la emigración.

La Fundación establecía más fácilmente la cooperación con las organizaciones más antiguas de la emigración, es decir, con la segunda y tercera generación de inmigrantes croatas, en los países que habían ganado la Segunda Guerra Mundial que apoyaban el movimento partisano. La Unión Fraternal Croata en EE.UU. (HBZ), la organización croata más numerosa de la emigración en cuanto a la cantidad de miembros, se impuso como principal socia de la Fundación en el trabajo con la emigración. Sus miembros, ciudadanos estadounidenses nacidos en EE.UU. que ya en aquel entonces hablaban poco croata, buscaban cooperar con el país de sus ancestros a causa de la nostalgia por el terruño, ante todo a través del folklore, la música de támburas y las visitas turísticas y giras de conciertos, evitando hábilmente los temas ideológico-políticos. Esa cooperación se iba haciendo más intensa ya que era útil para ambas partes. La Fundación entonces podía presumir de tener una excelente cooperación con „la organización más grande de la emigración croata en el mundo“.

Tanto la Unión Fraternal Croata como muchas otras organizaciones de la emigración que contaban con el signo yugoeslavo o regional (dálmata, istriano…) de ambas Américas, Australia, Nueva Zelanda…, que aceptaban la cooperación con la Yugoeslavia de Tito, constituian la base con la que la Fundación de entonces desarrolló su obra. Los cursos de idiomas, támbura y folklore organizados por la Fundación de emigrantes de Croacia, la celebración de la semana de la emigración cada año, y la revista mensual Matica, hicieron un aporte significativo durante los años 50 a la popularización de la obra de la Funación tanto en el país como en el extranjero de la forma que era posible en el marco del régimen estatal yugoeslavo existente. „Las giras de la Fundación de emigrantes pasaron a ser una nueva forma de turismo yugoeslavo“, declaró Vicko Krstulović, entonces presidente de la institución, durante la conferencia de prensa con motivo de la Semana de la Emigración, en 1962.

La Fundación también comenzó a orientarse regionalmente – contaba con comisiones, siendo las más activas las de Pula, Split, Rijeka y Makarska. A partir de 1961 se organizan comisiones municipales, con la idea de mejorar la forma de trabajo.

A mediados de los años 50 del siglo XX, además de la cooperación clásica con la emigración transoceánica, comienza la cooperación con la primera minoría corata. Se trataba de los croatas de Gradišće, en Austria. Esto fue posible  después de la firma del Acuerdo Estatal Austríaco en 1955, que garantiza los derechos de las minorías a los croatas de Gradišće (y a los eslovenos de Koroška) y después del retiro de las tropas soviéticas del este de Austria y Gradišće, que ocurrió en ese entonces. La Fundación trae a Croacia grupos de docentes de Gradišće, personas del campo de la cultura y estudiantes para perfeccionar el idioma croata. La cooperación con las minorías croatas en los países del bloque oriental (Hungría, Rumania, Checoslovaquia) se veía dificultada por las tensiones políticas con la Yugoeslavia de Tito.

A comienzos de los años 60, la Fundación liberaliza su política con la intención de ampliar su obra hacia una mayor cantidad de emigrantes, para motivar el interés de visitar el terruño, y asimismo debilitar la propaganda política negativa de la emigración, porque „cuando los emigrantes ven cómo parece todo aquí, son ellos los que se transforman en los mejores propagadores de la verdad, y al volver a casa, son los que mejor explican la realidad yugoeslava“. La nueva concepción amplia de trabajo de la Fundación incluía a la „emigración amnistiada“, como decía explícitamente en el programa.

La cima de la obra hasta entonces realizada por parte de la Fundación fue la inauguración del nuevo Hogar del Emigrante en Zagreb, un edificio atractivo y espacioso que fue financiado en parte por los emigrantes, en marzo de 1964. Asimismo, fue elegido nuevo presidente el ex intendente de Zagreb, el tan querido Većeslav Holjevac. „El Hogar de los Emigrantes en Zagreb es la expresión de nuestro amor, nuestro sentimiento y agradecimiento a aquellos que demostraron en el extranjero, y que hoy lo confirman, que son miembros de una nación valiente y digna“, escribía la revista Matica con motivo de la inauguración del Hogar de los Emigrantes. Con la construcción de la nueva sede de la Fundación, donde se encuentran en la actualidad las oficinas de la FEC, se hacen realidad las condiciones técnicas y de espacio para la ampliación y mejoramiento de su obra. En aquel momento, la Fundación amplió la cantidad de empleados a un total de veinticinco.

Por la presidencia de la Fundación pasan intelectuales destacados, entre ellos el historiador dr. Franjo Tuđman, quien por primera vez se reúne con los emigrantes en EE.UU. en 1966. Por otra parte, la revista mensual Matica, bajo la dirección del periodista Danilo Čović, vivió su era más fértil hasta entonces en cuanto a apariencia y contenido. Más tarde, la Sección de Historia de la Fundación pasa a ser el Instituto de Migraciones y Nacionalidades. Većeslav Holjevac publicó en 1967 el libro „Hrvati izvan domovine“ („Los croatas fuera de la patria“) que, en calidad de presidente de la institución, estableció la piedra fundamental de la obra de la misma en cuanto a la promoción del  enfoque científico a la problemática de la emigración croata y las minorías croatas.

En la segunda mitad de los años 60, el régimen comunista critica cada vez más duramente a determinados „fenómenos nacionalistas“ en la Fundación. Debido a su obra fértil y „demasiado“ patriota, Većeslav Holjevac debió renunciar a su cargo en 1968. Después del quiebre de la Primavera Croata en 1971 y la represión contra los líderes del movimento nacional croata, comenzó a reinar en Croacia, así como en la Fundación, la apatía, el miedo y el ya simbólico „silencio croata“. Muchos simpatizantes de la Primavera Croata buscan su salvación en la emigración.

Durante los años 70 y 80, cuando se sucedieron varios presidentes (el dr. Oleg Mandić 1970-1978, Vanja Vranjican 1978-1985 y Stjepan Blažeković 1985-1990, la Fundación de los emigrantes de Croacia continúa su colaboración fructífera con la Unión Fraternal Croata y su legendario presidente Bernard Luketich. La cima de la cooperación son el Festival de Támburas de la UFC en Zagreb en 1976, 1981 y 1986, con la participación de cientos de miembros de la UFC de EE.UU. y Canadá. En esa época también se establecen los primeros contactos de cooperación con todas las minorías croatas, con los croatas de Molise en Italia y con otras minorías croatas en el bloque oriental, en Hungría, Checoslovaquia y Rumania.

El hecho es que, a partir de mediados de los años 60, cientos de miles de croatas dejaron el país en busca de trabajo, que por entonces, según la terminología oficial, se encontraban „en el exterior, por trabajo temporario“, y ni la Fundación podía ser indiferente frente a esto. Para ellos, la Fundación organiza, junto con las representaciones diplomático-consulares yugoeslavas y los „yugo-clubes“, giras de conciertos de cantantes populares de música popular y de entretenimiento. Sin embargo, esta nueva emigración croata, los populares „gastarbajter“, se reunían en el marco de las Misiones Católicas Croatas, que surgieron en muchos lugares  donde ya existían las comunidades croatas, organizadas por la Pastoral Croata de la Emigración. Aunque las misiones se transforman en centros de la vida cultural y educativa de los emigrantes croatas, la Fundación debe evitarlas por cuestiones políticas. Sin embargo, cabe destacar que en la misma trabajaban muchas personas que, incluso en esas condiciones estrictamente limitadas y controladas, siempre lograban trabajar patriótica y lealmente para el bien de los croatas en el mundo.

El estallido de la prolongada crisis económica que siguió a la muerte de Tito y la relajación de la doctrina política en la segunda mitad de la década de los ochenta, también presagiaron una nueva perspectiva para la Fundación. Se hablaba y escribía cada vez más públicamente sobre el hecho de que la emigración y la patria tenían tenían un interés científico y artístico común, que existía también la palabra escrita fuera del círculo de la literatura en la patria, e ideas similares. En los últimos años de la Croacia socialista, se produjo la integración del Centro de Estudios de Migraciones y Nacionalidades de 1984 y el Instituto de Migraciones y Nacionalidades de la Fundación de emigrantes de Croacia, uniéndose en el Instituto de Migraciones y Nacionalidades que, bajo ese nombre, existe desde 1987.

Con la victoria del HDZ en las primeras elecciones multipartidarias en Croacia en 1990, el entonces presidente de la Fundación, Blažeković, presentó su renuncia y se alejó de sus funciones. Boris Maruna, poeta y emigrante político en EE.UU. se convirtió en el primer director de la institución en la Croacia democrática, y fue quien posibilitó a todos los entonces empleados de la misma, seguir en sus cargos. La independencia de la República de Croacia no solo permitió el cambio del nombre de la Fundación de los Emigrantes de Croacia a la actual Fundación para la Emigración Croata (FEC), sino que también abrió el camino a todos los aspectos de cooperación con la diáspora croata en su totalidad, a las minorías croatas en Europa y a los croatas de BiH. Era el momento de la Guerra por la Independencia, tiempos de una ola sin precedentes de actividad y unión de la emigración – de acciones políticas para detener la agresión a Croacia, para el reconocimiento internacional de Croacia, de acciones humanitarias y voluntarias para recolectar y enviar ayuda a nuestro país, cuando muchos jóvenes croatas nacidos en el extranjero se involucraron en forma directa en la lucha por liberar a la patria de los agresores. La  FEC participaba directa o indirectamente en todas estas actividades.

En 1993, Maruna deja prematuramente el puesto de director debido al desacuerdo con la política del HDZ. La dirección de la FEC pasa por un breve tiempo a manos de Vinko Nikolić, destacado escritor y publicista croata de la emigración en Argentina. A mediados de 1993, Ante Beljo, un ex activista emigrante de Canadá y director del Centro Informativo Croata (CIC), una organización cuyo fin era brindar informaciones sobre la guerra en la República de Croacia y en Bosnia y Herzegovina, se hizo cargo de la dirección. Su mandato de siete años de duración fue marcado, entre otras cosas, por el intento de armonizar e integrar la obra de ambas instituciones, la FEC y el CIC, que en aquel entonces tenía sus oficinas en el edificio de la FEC. Después de las elecciones ganadas por el Partido Socialdemócrata en las elecciones parlamentarias del año 2000, Ante Beljo fue reemplazado por Maruna, quien nuevamente llega a la dirección de la FEC.

En el nuevo milenio, la FEC es dirigida por:  Nikola Jelinčić (2003 – 2006), Katarina Fuček (2006 – 2008 y 2009 – 2012), Danira Bilić (2008 – 2009), Marin Knezović (2012 – 2016), v.d. Mirjana Ana-Maria Piskulić (2016 – 2017) y Mijo Marić desde 2017. Los directores son nombrados y destituidos por la comisión directiva de la FEC, a propuesta del Gobierno de la República de Croacia. La comisión directiva supervisa el trabajo de la FEC y la componen cinco miembros nombrados y destituidos por el Gobierno de Croacia.

Las tareas de la FEC están sistematizadas según su funcionalidad y similitud en secciones y filiales: la Sección de Cultura, la Sección de las Minorías Croatas, la Sección de Educación, Ciencia y Deporte, la Sección Editorial, la Sección de Información para la Emigración, la Sección de Márketing, la Sección de Asuntos Jurídicos y Asuntos Generales, y la Sección de Contabilidad y Finanzas. La FEC cuenta con filiales en Pula, Rijeka, Split, Dubrovnik y Vukovar.

Entre los programas y manifestaciones que organiza tradicionalmente la FEC, se destacan la Escuela Universitaria de Idioma y Cultura Croata (desde 1991), la Pequeña Escuela de Idioma y Cultura Croata (desde 1993), el Proyecto de renovación y ecología Eco-Heritage Task Force (desde 1993), la Escuela de Verano e Invierno de Folklore Croata (desde 1994), el Foro de las Minorías Croatas (desde 1994), los Días del Teatro Popular Croata (desde 1995), los Días del Cine Croata (desde 1995), el Tesoro Étnico Croata – un taller para la elaboración y recontrucción de trajes típicos croatas y habilidades textiles tradicionales (desde 2002), el Concurso literario y periodístico de trabajos de alumnos de escuelas adicionales croatas en la emigración „Zlatna ribica“ (desde 2003), el Festival de Klapas de la emigración croata (desde 2006), la Elección de la croata más bella en traje típico fuera de la República de Croacia (desde 2014), la organización de giras de grupos de la emigración por Croacia, etc.

Además de periódicos y libros, la FEC edita varias publicaciones en serie que acompañan sus programas y eventos tradicionales. Desde 1998, funciona el sitio web www.matis.hr. Desde 2005, el sitio web se convierte en un diario electrónico que conecta a las comunidades croatas en unos treinta países en todo el mundo. Siguiendo las tendencias, la FEC cuenta on su propia cuenta en Facebook.

Texto: Hrvoje Salopek

 

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