Žarko Marinković, descendiente croata de la 4° generación en Chile nos cuenta de sus raíces, su carrera como músico profesional, amor al folklore croata y su pronto regreso al país de sus antepasados…
Los retornados de América del Sur a Croacia son un fenómeno cada vez más común, que hoy, modificada la ley de adquisición de la ciudadanía croata, es decir, excluida la restricción generacional, podría significar un verdadero «boom hispanoamericano» para Croacia. La restricción generacional, que ha sido cambiado en los principios de este año, antes era limitada solo a primeras dos generaciones de los descendientes croatas. A partir de este año se extiende a todos los descendientes de emigrantes croatas que quieran adquirir la ciudadanía croata. En América del Sur, además de la Argentina con el mayor número, los descendientes de emigrantes croatas se pueden encontrar en otros países como Chile, Bolivia, Perú, Venezuela, Brasil y otros.
Para muchos, regresar a la tierra de sus antepasados significa un viaje mítico a la tierra lejana, desde donde sus abuelos y bisabuelos emprendieron un viaje sin regreso. Sin embargo, además de la búsqueda de raíces, algunas personas están motivadas por otras razones para venir, como el amor por la música y la cultura croatas, pero también por la necesidad de explorar nuevos horizontes, tanto personales como profesionales.
Žarko Marinković, descendiente croata de la 4° generación en Chile nos cuenta de sus raíces, su carrera como músico profesional, amor al folklore croata y su pronto regreso al país de sus antepasados.
S.V.: ¿Quién es Žarko Marinković? ¿Puedes decirme algo más sobre ti mismo y tus raíces croatas?
Ž. M.: Žarko es un músico, compositor y arreglador chileno que hace casi 10 años abrió una puerta que lo llevó a conocer sus raíces croatas. Mi familia viene de Komiža, un pueblito ubicado en Vis, una pequeña isla en el Adriático, mi tátara abuelo llegó el año 1891 aproximadamente. Él llegó a la ciudad de Iquique en el norte de Chile, pero a diferencia de la gran mayoría de croatas que llegaron a Chile que lo hicieron en barco, él llegó a Buenos Aires y desde ahí cruzó Sudamérica por tierra.
Desde que comencé mis estudios musicales, siempre ha sido un factor determinante el conocer mi identidad musical y cultural como chileno y sudamericano, y al ingresar al conjunto Baština se suma la necesidad de conocer y entender las canciones y bailes que realizamos. Una curiosidad que no se queda sólo en Croacia, sino más bien desde Croacia se expande por los Balcanes. Antes que croata, soy chileno, y antes que chileno, soy músico.
S. V.: Actualmente eres el director musical del conjunto Baština de la Corporación Cultural chileno-croata Domovina en Santiago de Chile. ¿Puedes decirme algo más sobre ésta y tu rol en ella?
Ž. M.: Sí, yo ingresé al conjunto el año 2011, inicialmente para tocar el contrabajo (no tenemos Berda aún), y el 2012 al retirarse el director musical, el directorio me invita a dirigir el grupo de cuerdas en primera instancia, para poco tiempo después convertirme en director musical. El conjunto Baština está compuesto principalmente por personas que aman sus raíces croatas y también otros que no tienen raíces croatas y que, por años de amistad, se sienten uno más. El principal objetivo de la corporación es difundir la cultura, tradiciones y el folclor croata; y en ese objetivo como director intento apuntar a ser lo más fiel (musicalmente hablando) dentro de las posibilidades, ya que primero que todo, no tengo estudios formales de folclore croata y segundo, quienes componen el grupo no son músicos profesionales, así que no puedo exigir a un nivel profesional. Aun así, los resultados son de un gran nivel.
S. V.: El año pasado fundaron también una Klapa femenina en Santiago de Chile. ¿Cómo llegaron a esa idea? ¿Hay otras Klapas en Chile?
Ž. M.: La ambición de formar una Klapa ha estado presente de antes que yo llegara al grupo, Franco Ferrera Cvitanović, ex integrante del conjunto, formó hace unos 10 años la Klapa Zlatni Cvijet y Klapa Južno More, las cuales no pertenecen a Domovina.
A fines del año 2019 me contacta Stjepana Lukašević, directora de las Klapas Kapric y Zikva, casualmente cuando yo estaba intentando formar una klapa. Ella fue finalmente la responsable de hacer realidad nuestra primera Klapa femenina, Klapa Snaga. Stjepana viajó desde Zadar a mediados de Julio y durante 2 meses estuvo trabajando con las chicas que forman la klapa. Sin duda una experiencia que marcó un antes y un después en nuestro grupo y especialmente en ellas.
S. V.: Corporación Domovina también está muy activa en realización de otros proyectos. ¿Cuáles son los más importantes? ¿Tiene algún proyecto en marcha o en preparación?
Ž. M.: Así es, es parte de los estatutos de la corporación realizar al menos un evento masivo abierto para todo público, y en ese espíritu hemos participado en muchos eventos, y también hemos tenido la oportunidad de viajar a otras regiones de Chile, otros países, e incluso el conjunto realizó una gira a Croacia el año 2007. Los eventos más importantes han sido Galas croatas, celebraciones por el día de Croacia y se han realizado ya cinco encuentros internacionales de folclore croata: 1° y 2° en Santiago, Chile; 3° Montevideo, Uruguay; 4° Buenos Aires, Argentina y 5° en Santiago, Chile.
Actualmente por la contingencia tuvimos que postergar la visita de la Klapa Kožino, programada para mayo de este año. Y teníamos otro proyecto que ha sido postergado, una gira a la isla grande de Chiloé, al sur de Chile. De no resultar éste, estamos viendo la opción de ir a Iquique.
S. V.: ¿Cómo músico, qué es lo que más te impresiona en el folklore y música croata?
Ž. M.: Por lejos lo más impresionante es su diversidad, a pesar de tener un territorio no tan grande, éste presenta un color diferente en cada ciudad. Lo otro que me llama mucho la atención es cómo se vive el folclore y la música en general, hay un amor por la música que pareciera ser tan natural, como si no se esforzaran y sólo fluyera.
Debo mencionar que todas estas impresiones son meras suposiciones, cosa que espero confirmar cuando viva allá próximamente.
S. V.: ¿Además del folklore croata, qué otros estilos musicales incorporas o aplicas en tu trabajo/música? ¿Tocas diferentes instrumentos?
Ž. M.: Como mencioné al inicio, antes que todo soy músico, y encuentro en todos los estilos mucha satisfacción. Aparte del folclore croata, participo en proyectos que van desde tributos, música para eventos; también en bandas de música original desde el pop, el rock, fusión latinoamericana, incluyendo estilos bailables como salsa y timba afro cubana, etc.
Desde que tomé una guitarra a los 17 años (bastante tarde para el promedio de los músicos profesionales) siempre he sido muy curioso de todos los instrumentos a los que tuve acceso. Los principales instrumentos que he desarrollado son el bajo eléctrico, guitarra, piano; también algunas percusiones como el cajón peruano, y por supuesto, he desarrollado un nivel aceptable tocando bisernica, pero siempre de forma autodidacta.
S. V.: ¿Cuáles son tus planes personales y profesionales para el futuro?
Ž. M.: Estoy próximo a migrar a Croacia, en primera instancia estaré viviendo en Zadar, y si todo resulta bien espero postular a la beca del Croaticum para estudiar en Zagreb el próximo año. También espero poder desarrollar mi profesión en la capital, al haber mayor actividad cultural. Quizás antes que cualquier cosa, ahora mi plan es hacer de Croacia mi nuevo hogar y aprender su idioma lo antes posible para poder desarrollar sin problemas mi profesión. Espero a futuro estudiar folclore, quizás buscar un maestro de tambura. También me gustaría incursionar en otros ritmos de la zona y también en lo que es conocido como etno jazz, agregando a este, todo mi backgorund musical de Chile y Sudamérica. En resumen, quiero continuar lo que hago en Chile, en Croacia, y desde ahí, buscar nuevos proyectos.
Si bien soy músico de profesión, soy muy feliz haciendo otras actividades. En Chile realizo montañismo de vez en cuando y disfruto mucho de la naturaleza, así que definitivamente disfrutaré recorriendo los diferentes paisajes de Croacia.
Texto y traducción: Sara Večeralo
Foto: Žarko Marinković
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